Gestos grafológicos y vinculación psicológica (II)

Gestos grafológicos y vinculación psicológica (II)

En la entrada de hoy, continuando con el Seminario sobre Grafología, Gestos grafológicos y vinculación psicológica, nos centraremos en:

LA RELACIÓN ENTRE LOS MOVIMIENTOS GRAFICOS Y LOS PROCESOS PSICOLOGICOS

El acto de escribir es un fenómeno enormemente complejo, en él intervienen factores fisiológicos, psicológicos, ambientales, culturales, materiales, etc. En conjunto, la realización concreta del gesto gráfico se efectúa esencialmente mediante la actividad del cerebro, y sobre todo del denominado cerebro límbico y, en especial, del área cingular, relacionado con las conductas emocionales y con múltiples conexiones, sobre todo con las áreas asociativas, el cerebro límbico interviene en la propia ejecución del trazado gráfico.

Estamos ante un fenómeno regido por el cerebro e integrado en la psicomotricidad general del sujeto, por lo tanto la escritura no es producida por la mano, ésta es meramente ejecutora de una orden cerebral. Por eso mientras ésta función se mantenga, la escritura tendrá los mismos rasgos identificadores con independencia del órgano que lo ejecute.

La escritura es un gesto que, a diferencia de los demás queda fijado en un plano y es, por tanto, susceptible de análisis y medición. La escritura de cada persona es un gesto individualizado, distinto al de cualquier otra porque responde a una serie de movimientos realizados de forma automática que provienen de un hábito. Este gesto se hace sin que sea necesario un estado especial de atención para la construcción de cada uno de los trazos de los que se compone.

Así, pues, la escritura de cada persona deben guardar entre sí una serie de características similares, cuando no coincidentes, como son la forma, composición de trazos, posición determinada, etc.

Figura 2

Ahora bien, existen factores que en mayor o menor medida influyen sobre la persona en el momento de la estampación de la escritura, unos son de naturaleza endógena, como puede ser la edad, el estado físico y psíquico etc. y otros de naturaleza exógena, tales como la postura, el soporte, la temperatura etc, en cualquiera de estos dos factores el grafólogo detectará variaciones y alteraciones gráficas.

Por tanto la relación entre los procesos psicológicos y los movimientos gráficos lo vamos a detectar claramente, en el momento en el que nosotros mismos analicemos escrituras de diferentes épocas, a veces a largo plazo, y otras veces, si el problema psicológico es importante o nos afecta de forma notable, lo detectaremos a corto plazo, pues el cambio gráfico que se produce en determinados procesos psicológicos  se realiza de forma rápida y contundente. En este aspecto nos podemos encontrar las diferencias gráficas que muestra la escritura de la misma persona antes y después de un estrés postraumático con una motivación clara.

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